

Como creyente no tengo duda alguna que nuestra fe se haya centrada en la Trinidad Santa, Existe un solo Dios, y existen en Él tres Personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hay una misma naturaleza divina, pero tres Personas divinas diferentes. En esa verdad de fe debemos centrar toda nuestra experiencia como creyentes, todo nuestro amor, pues bien desde èpocas muy antiguas ya nos lo recomendaba San Justino ( + 167 ) " Nosotros..., por todo lo que tomamos como alimento, bendecimos al creador universal mediante su Hijo Jesucristo y mediante el Espìritu Santo"...,
que forma tan sencilla pero tan profunda de reconocer la presencia de Nuestro Padre, que se hace totalmente de nosotros en el Hijo y en Espìritu Santo.
En estas cortas letras tratare de recoger los principales apartados bìblicos que nos ayudan a acrecentar nuestra fe en la Trinidad, serà una exposiciòn en dos momentos, primero algunos textos significativos del antiguo testamento y en segundo momento algunos del nuevo testamento, estos dos momentos precedidos por el texto del pròlogo del evangelio segùn San Juan.
Deseo inciar haciendo un breve comentario al majestuoso pròlogo que el Evangelista en el cuarto evangelio no trae. Es una obra que de principio a fin nos lleva a robustecer la fe en Jesús, dirijida a una comunidad que está familiarizada con el Antiguo Testamento y el judaísmo, pero esta separada de él, no por cuestiones de la observancia de la ley, sino por la fe en Jesús. Es una comunidad preparada ya para caminar en la historia entre dificultades y persecuciones esperando la definitiva venida del Señor. Escrito a manera de discurso, más como una profesión de fe, que una mera narración histórica. Leamòslo con atenciòn:
"Al principio existìa la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella existía al principio junto a Dios. Todo existió por medio de ella, y sin ella nada existió de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres; la luz brilló en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, llamado Juan, vino como testigo, para dar testimonio de la luz, de modo que todos creyeran por medio de El. El no era la luz, sino testigo de la luz. La Luz verdadera que ilumina a todo hombre estaba viviendo al mundo. En el mundo estaba, el mundo existió por ella, y el mundo no la reconoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a los que la recibieron, a los que creen en ella, los hizo capaces de ser hijos de Dios: ellos no han nacido de la sangre ni del deseo de la carne, ni del deseo del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos contemplado su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único lleno de gracia y verdad.
Juan grita dando testimonio de El: Este es aquél del que yo decía: El que viene detrás de mi, es mas importante que yo, por existía antes que yo.
De su plenitud hemos recibido todos: gracia tras gracia.Porque la ley se promulgó por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad se realizaron por Jesús el Mesías. Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre. El nos lo dio a conocer."
"Al principio existìa la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella existía al principio junto a Dios. Todo existió por medio de ella, y sin ella nada existió de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres; la luz brilló en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, llamado Juan, vino como testigo, para dar testimonio de la luz, de modo que todos creyeran por medio de El. El no era la luz, sino testigo de la luz. La Luz verdadera que ilumina a todo hombre estaba viviendo al mundo. En el mundo estaba, el mundo existió por ella, y el mundo no la reconoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a los que la recibieron, a los que creen en ella, los hizo capaces de ser hijos de Dios: ellos no han nacido de la sangre ni del deseo de la carne, ni del deseo del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos contemplado su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único lleno de gracia y verdad.
Juan grita dando testimonio de El: Este es aquél del que yo decía: El que viene detrás de mi, es mas importante que yo, por existía antes que yo.
De su plenitud hemos recibido todos: gracia tras gracia.Porque la ley se promulgó por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad se realizaron por Jesús el Mesías. Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre. El nos lo dio a conocer."
El Evangelista se propone mostrar el misterio de Jesús, como camino que conduce al Padre, Juan se remonta a la preexistencia en el seno de la Trinidad. Desde allí desciende y entra en la historia humana con la misión principal de dejar ver al Padre. El evangelio, tiene un movimiento descendiente, Jesús que quiere revelarse, constituyendo la primera parte de la obra, más conocida como el libro de los signos, ( 1, 19 – 12, 50 ), pues ahí encontramos de manera especial el ministerio de Jesús, y un movimiento ascendente el retorno de Jesús al Padre, constituyendo la segunda parte, conocida como el libro de la Pasión, ( 13,1 – 20, 29), esta parte centra su atención en la predicación de Jesús a los discípulos. Todo el evangelio se une en el tema de la “hora”, marcando el ritmo, el glorioso momento del retorno al Padre, en su hora suprema se manifestará con toda su grandeza, todo su discurso se verá confrontado cuando llegue la hora de su muerte, ese será el momento de la adhesión de fe de muchos, y para otros tantos un momento para titubear y no creer en Jesús el Cristo.
Es todo un camino de fe, que nos presenta el Evangelista que conducido por el eterno amor que le tuvo a su Señor, nos inspira hoy a nosotros para decir con El, Gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo.
Iniciemos con el Antiguo Testamento, si bien la formula Trinitaria como invocamos hoy a la Santìsima Trinidad, no es explìcita en los textos bìblicos, muchos de los estudios señalan y hoy lo sabemos nosotros, ademàs lo profesamos, que en la presencia gloriosa de Dios, en el antiguo testamento, està compactada lo que es en esencia la Trinidad Santa. El libro del Deuteronomio nos recuerda: “Porque Yahveh vuestro Dios es el Dios de los dioces y el Señor de los señores, el Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas ni admite soborno” Det 10,17, es un pasaje que con gran ahìnco nos dice cual grande es nuestro Dios, hoy podemos decir que en esa grandeza, esta la presencia Trinitaria que ha acompañado la historia de la salvaciòn desde siempre y por siempre.
“Dad gracias al Dios de los dioses, porque es eterno su amor; dad gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor.” Salmo 136,2-3. Este verso del salmo, es una manifestaciòn de esa grandeza, que de una manera u otra nos està anunciando su presencia real en medio de nosotros, muchas veces decimos hoy nosotros con el salmista " su amor es eterno" porque hoy lo anunciado lo hemos conocido en Cristo y lo seguimos experiemtando en la continua presencia del Espìritu Santo.
El pasaje anterior nos deja ver màs claro a Dios, como el verdadero Señor, ahora si acompañamos este pasaje, del episodio que reconoce a Dios como El creador, podemos ampliar nuestra comprensiòn Trinitaria para observar como el amor de los Tres ha se ha hecho presente: “Así dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno. Yo, Yahveh, lo he hecho todo, yo, solo, extendí los cielos, yo asenté la tierra, sin ayuda alguna.” Isaías 44,24.
“Dad gracias al Dios de los dioses, porque es eterno su amor; dad gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor.” Salmo 136,2-3. Este verso del salmo, es una manifestaciòn de esa grandeza, que de una manera u otra nos està anunciando su presencia real en medio de nosotros, muchas veces decimos hoy nosotros con el salmista " su amor es eterno" porque hoy lo anunciado lo hemos conocido en Cristo y lo seguimos experiemtando en la continua presencia del Espìritu Santo.
El pasaje anterior nos deja ver màs claro a Dios, como el verdadero Señor, ahora si acompañamos este pasaje, del episodio que reconoce a Dios como El creador, podemos ampliar nuestra comprensiòn Trinitaria para observar como el amor de los Tres ha se ha hecho presente: “Así dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno. Yo, Yahveh, lo he hecho todo, yo, solo, extendí los cielos, yo asenté la tierra, sin ayuda alguna.” Isaías 44,24.
Tambièn debemos señalar la experiencia de revelaciòn y de reconocimento del Dios verdadero por parte del pueblo: “Contestó Moisés a Dios: «Si voy a los israelitas y les digo: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros"; cuando me pregunten: "¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?» Dijo Dios a Moisés: «Yo soy el que soy.» Y añadió: «Así dirás a los israelitas: "Yo soy" me ha enviado a vosotros.»” Éxodo 3,13-14, es todo un reconocimento de alabanza y plenitud en un ùnico Dios.
El anuncio de la presencia del Emmanuel; “Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.” Isaías 7,14, es una maniestaciòn mucho màs clarividente de lo que es la expresiòn amorosa de la Trinidad hoy, complementa el Profeta: “Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz»” Isaías 9,5.
Como vemos la fuerza veterotestamentaria, està principalmente en la afirmaciòn en el ùnico Dios verdadero. Finalmente y siguiendo a Boff " si el ùnico Dios verdadero es la Trinidad de personas, entonces toda la revelaciòn històrica de Dios implica una revelaciòn de la Trinidad. Puede ser que esta revelaciòn no sea adecuadamente captada por las personas como revelaciòn trinitaria, pero no por eso deja de ser autèntica revelaciòn trinitaria", hasta aquì el Antiguo Testamento, ahora una palabra sobre el Nuevo Testamento.
"En el Nuevo Testamento no existe todavìa una doctrina trinitaria.Pero lentamente se va formando la conciencia clara de que Jesucristo, el Padre y el Espìritu son igualmente Dios", dice Leonardo Boff, teniendo como base este presupuesto revisemos dos formulas ternarias presentes:
- Mateo 28, 19 " Id pues, haced discìpulos mìos a todos los pueblos, bautizàndolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espìritu Santo". El mandato misionero y sacramental, presente de manera particular en Mateo, nos recuerda como esa primera comunidad cristiana, habia asumido de forma impresionante la voz de Jesùs Resucitado, El con su vida le habìa dado a conocer al Padre, ahora les corresponde a Ellos, guiados por el Espìritu Santo, darlo a conocer a todos los pueblos, haciendo que todos reconozcan la presencia del Ùnico Dios verdadero que amorosamente se nos da en las tres personas, para que todos lo reciban en el bautismo, lo experimenten en la vida y lo den a conocer con las obras.
- La otra formula a la que me quiero referir es 2 Corintios 13, 14 " la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comuniòn del Espìritu Santo estè con todos vosotros". Esta formula considero es de vital importancia en la vida, no sòlo litùrgica, sino en toda la vida de la Iglesia, pues manifiesta a una sola voz toda la caridad, todo el amor incondicional que Dios Uno y Trino, nos tiene a cada uno de sus Hijos, es muy valiosa porque es un amor incluyente, a todos nos hace participes, a todos nos hace parte del infinito amor que se tienen los Tres.
Ahora bien nos corresponde a nosotros asumir todo estos bellos escritos bìblicos, que seguramente nos ayudan a profundizar mucho en nuestro deseo de poder experimentar y transmitir la grandeza del amor del Padre del Hijo y del Espìritu Santo.
- Redàcto Lucas.
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