
Facultad de Teología - MISTERIO DE DIOS
TRABAJO DE REFLEXION FINAL
Profesor: Gonzalo E. Jiménez Villar
Fray Lucas Gamboa Taborda
II – 2007
NUESTRO HERMANO, EL HIJO DE DIOS NUESTRA VIDA PERMANENTE EN DIOS
LA PRESENCIA DE LA PERSONA DEL ESPIRITU SANTO
NUESTRO PADRE DIOS
EXPLICACION DEL SIMBOLO DE LA SANTISIMA TRINIDAD
Algunas consideraciones del porque simbolice la Santísima Trinidad de esta manera:
En el símbolo se evidencia a simple vista la presencia de tres fechas del mismo tamaño, color, esto para simbolizar que las tres tiene la misma naturaleza, es decir que están constituidos de la misma sustancia, por asi decirlo. Además las tres fechas giran en el mismo sentido, con esto quiero simbolizar el carácter relacional que tiene Dios, es decir que El en su naturaleza más intima es relación.
Con las fechas girando, como formando un circulo, quiero representar que las relaciones entre las tres personas son absolutamente de comunión.
Muy a propósito cada en cada espacio escribí el nombre de Dios, para evidenciar su presencia permanente, constante y dinámica en cada una de las personas-
El hecho que las fechas den la apariencia de estar girando, nos dan la impresión, de la continua comunicación que se da entre los tres, uno necesita del otro, es decir, uno no se entiende sin el otro, para mayor claridad cuando habla uno, los otros dos están ahí, esto solo nos habla del dinamismo de comunicación que existe entre los tres.
Los atributos propios dados a cada persona, no ayudan a entender que, cada uno cumpla una misión especial, pero en los tres la presencia de Dios, nos ayuda a decir con San Agustín,“La Trinidad es el único Dios verdadero“
La presencia permanente de Dios en todo el recorrido de las fechas nos hace entender que Dios es lo más profundo en esa triple relación.
Finalmente las fechas, no las coloque totalmente unidas porque considero que en lo estamos que hay entre ellas, estamos todos y cada uno de nosotros, es decir que participamos del amor Trinitario.
A MANERA DE SINTESIS, MI REFLEXIÒN PERSONAL
“La Gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo éste con todos vosotros “
2 Corintios 13, 14
Esta síntesis - reflexión la escribí varias veces en mi mente, cuando en la vida diaria, caminaba, me reía, lloraba, jugaba, estudiaba, oraba y hasta pecaba, pues después de haber seguido por este semestre el curso de Misterio de Dios, a uno no le queda otra alternativa de hacerse mucho más consciente que la presencia del amor Trinitario de Dios, está en cada instante de mi vida, hoy comprendo mucho más que Dios comunidad, hace parte de mi historia y de la historia de todos, que El, sencillamente participa de la historia de hombre como esta se desarrolla, no le pone condiciones, simplemente, participa de ella.
El anterior es el punto de arranque del curso de Misterio de Dios. Primero debemos valorar la experiencia humana, que es participación de la experiencia Divina, pues gracias al infinito amor del Padre, todos sus hijos participamos de la especial manera del ser de Dios en la historia. El que es totalmente trascendente se nos revela de muchas maneras, en las diversas épocas, con una sola finalidad que lo conozcamos como en realidad El es Trino.
Dios mismo nos invita a conocerlo, el nos va capacitando poco a poco para que mediante nuestras capacidades podamos profundizar en la comunión de personas que existen en El, Dios nos da la gracia necesaria para que podamos tener experiencia de Dios, es decir para que podamos experimentar en cada momento el ser trascendente de Dios.
Cuando nos esforzamos por tener experiencia de Dios, nos salta un gran interrogante, ejemplarizado de maneras diferentes, ¿existe Dios ? ¿Quien es Dios?, es más nos surge un interrogante mayor profundidad podemos pensar en Dios, de inmediato podríamos responder siguiendo el pensamiento de Agustín, Descartes, Fouerbach, Anselmo y tantos otros que nos dicen cosas de Dios, hasta se atreven a definirlo, pero a causa de la experiencia un hombre sensato sólo puede responder desde la profundidad del corazón a esos interrogantes, que acompañados de los acontecimientos que suceden en la historia, nos ayuda a entender aún mejor que Dios comunión de personas es un ser abierto al mundo.
Un ser que para poder ser entendido, captado, necesariamente debemos pasar por la prueba de la fe, sin fe es imposible conocer a Dios, parece arriesgado decir esto, pero es así, si el hombre que desea acercarse a Dios, se apartara de la fe, no podrá, ni siquiera llegar a Definirlo, pues a Dios, auque podemos pensarlo racionalmente, debemos acercarnos a El mediante el camino de la fe, claro una fe dinámica, comprometida que me ayuda a entender que la experiencia de Dios, siempre está mediada por cosas cercanas.
Teniendo como antesala la importancia de incluir en mi síntesis – reflexión, el tema de experiencia y la fe, me permito profundizar un poco en el Misterio Divino, de la Santísima Trinidad. Empiezo.
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Lo anterior sintetiza nuestras verdades de fe, primero porque nuestra fe debe necesariamente estar focalizada en las Santísima Trinidad, es Ella la que le da sentido a la vida de cualquier cristiano, sin fe en la comunión Santa, es imposible caminar seguro tras el encuentro del Padre, pues El en su grandeza al revelarse nos mostró que el camino para unirse a El, necesariamente esta mediado por la Encarnación del Hijo de Dios que revela que Dios es el Padre eterno, y que el Hijo es consubstancial al Padre, es decir, que es en él y con él el mismo y único Dios.
Con San Pablo podemos decir “la prueba de que somos hijos de Dios es que Dios envió a nuestros corazones la el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abba, Padre” Galatas, 4, 6 , hasta aquí debemos entender que la premisa que nos dice que nuestra fe debe estar centrada en la Santísima Trinidad, es más que verdad, es la plenitud misma de fe de cualquier cristiano – creyente – practicante, debe gritar con la fuerza de Jesús y con el impulso del Espíritu Santo ¡ Abba ¡ .
Y es precisamente cuando ahí cuando identificamos la misión del Espíritu Santo, que enviado por el Padre en nombre del Hijo (cf. Jn 14,26) y por el Hijo "de junto al Padre" (Jn 15,26), revela que él es con ellos el mismo Dios único. "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria", es decir que el impulso con el que llamamos a Dios Padre, debe ser semejante al amor decidido, ilimitado, que tuvo Dios, al llamarnos hijos en el Hijo, ya que esa filiación esta mediada por el amor del Padre y del Hijo, es decir el amor que nos impulsa a nosotros, el Espíritu Santo.
Por ser la presencia amorosa, por ser el Señor y dador de vida, es fundamental que siempre tengamos muy presente lo que nos enseña San Agustín: "El Espíritu Santo procede del Padre en cuanto fuente primera y, por el don eterno de este al Hijo, del Padre y del Hijo en comunión" , que nosotros estamos llamados a hacernos participes por la gracia del bautismo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo “somos llamados a participar en la vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fe y, después de la muerte, en la luz eterna”, afirmaba Pablo VI, es decir que el mandato misionero que Jesús dio a sus discípulos ( Mateo 28, 19), nos hace ver más claro que nuestra participación en el amor Trinitario, es un proceso dinámico que interpela, penetra, transforma, convence y edifica, nuestra fe católica.
Es una manera clara que nos ayuda a reconocer que veneremos un Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, no confundiendo las personas, ni separando las substancias; una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo; pero del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria, coeterna la majestad y por siempre alabados como un solo Dios.
Las personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo.
Es en Dios uno y Trino, en donde todos los cristianos encontramos los caminos de liberación, que nos aleja de toda maldad y nos impulsa de manera sorprendente a descubrir a Dios en la inmanencia de la vida, inmanencia que totalmente unida, se identifica con lo que nosotros hemos llamado economía de salvación, Dios quiere que todos los hombres se salven, por eso a través de la historia se ha manifestado de muchas maneras, para librarnos de la opresión que en todas la épocas vivimos sus hijos, anunciándonos su Reino de Justicia y Paz.
Es un Reino en donde Dios, ejerce su paternidad de tal modo que al engendrar al Hijo, nos hace participes del amor filial que ambos se tienen, reflejado de muchas maneras, entre otras por su ternura, por su esmerado cuidado, que nos impulsa a reconocer el rostro maternal de Dios, si el rostro del Padre que genera vida y liberación integral para todo oprimido.
La fe en la Santísima Trinidad que acabamos de exponer es la que ha a través de muchos años en la historia de la humanidad, muchos hombres han atacado y en ocasiones confundidos, la hayan querido presentar como débil, pero gracias a una buena cantidad de buenos hombres, han podido defenderla de ataques y principios sin sentido, que en varios momentos de la historia han producido enfrentamientos, divisiones y profundas dudas de fe, en todo este proceso ha estado presente la Iglesia como Institución, que siendo Madre y Maestra, no ha dudado en confrontar, las falsas ideas sobre la Trinidad Santa, pues Ella que tiene el encargo de custodiar la fe, ha convocado incluso Concilios para resolver hasta la duda mas simple que podría haber por una i.
Es la fe que en “Dios nos confirma junto con vosotros en Cristo, que nos consagró y nos selló y nos dejó como una señal al Espíritu en nuestros corazones“. 2 de Corintios 1, 21 – 22. AMEN.
MI DECALOGO PERSONAL DE FE
Creo infinitamente que Dios existe, que ha estado, que está y estará presente todos los días de mi vida, porque es el dueño de la vida.
Creo y acepto que Jesús es su único Hijo verdadero, que por medio de El, podemos conocer y llegar al Padre.
Creo, acepto y estoy comprendiendo que Jesús nació de una Mujer sencilla y humilde para enseñarnos que Dios se fija en los mas pobres.
Creo y acepto que Jesús, vivió entre los suyos, que experimentó la tentación, que sufrió, por sus parientes y que demostró su mucho amor aceptando las culpas de los demás, culpa que lo hizo ser asesinado en una cruz.
Creo, acepto y estoy convencido, que Jesús después de muerto volvió a vivir y después de un nuevo transito entre los suyos regreso a donde Dios.
Creo, espero y me preparo para una nueva venida del Señor de la Historia, donde a los vivos a los muertos nos juzgara en el amor.
Creo, acepto y experimento a diario la presencia de Dios, en la persona de Espíritu Santo, que me anima a vivir y a decir Padre-
Creo y amo profundamente a la Iglesia, porque me hace comprender que Dios, es un Ser cercano, que no está oculto, sino que camina con nuestra historia, se que es la Iglesia, la encargada de administrar la vida de Gracia que Dios nos da.
Creo y estoy seguro que Dios, nos perdona todos nuestras faltas de amor a El y a nuestros hermanos.
Creo y espero un día gozar de Dios por siempre. Amén.